Otología
La otología es una subespecialidad de la Otorrinolaringología que estudia y trata las enfermedades del oído. El tratamiento quirúrgico de la Otología se denomina Otocirugía o microcirugía de oído.
La otología es una subespecialidad de la Otorrinolaringología que estudia y trata las enfermedades del oído. El tratamiento quirúrgico de la Otología se denomina Otocirugía o microcirugía de oído.
Exploración de la audición
La función auditiva se explora con pruebas encaminadas a valorar el nivel auditivo, la capacidad del sistema auditivo para entender las palabras, la integridad de las vías auditivas y la aireación del oído medio, según el caso. Todas estas pruebas se hacen con aislamiento acústico y con auriculares.
Pruebas audiológicas
También son objetivas por no requerir la colaboración del paciente. Estudian sonidos que emite el oído interno espontáneamente o como consecuencia de la llegada al mismo de un sonido (tono puro). En especial se utilizan con los potenciales evocados auditivos para el diagnostico temprano de la pérdida auditiva en recién nacidos.
Enfermedad frecuentemente hereditaria (80%), de causa desconocida, que afecta a los oídos medio e interno produciendo pérdida auditiva. Casi siempre afecta a los dos oídos (80%). En las mujeres la audición suele empeorar con los embarazos, la lactancia y con los anticonceptivos.
Se caracteriza por una pérdida progresiva de la audición por fijación del estribo ( uno de los huesos de la cadena de huesecillos del oído medio) y a veces también lesión del oído interno. En la mayoría de los pacientes la perdida auditiva es fundamentalmente producida por la fijación del estribo aunque con los años también tienen afectación del oído interno auditivo o cóclea.
Frecuentemente los pacientes tienen ruidos de oído llamados acúfenos o tinitus que aparecen en algún momento de la evolución de la enfermedad. Algunos pacientes pueden notar mareos más o menos severos que pueden llegar a producir, sensación de rotación (vértigo), nauseas y vómitos. Su tratamiento es quirúrgico (Estapedectomía, Estapedotomía).
El grado de recuperación depende de la mayor o menor afectación preoperatoria del oído interno. Durante la semana que sigue a la intervención algunos operados (menos del 10%) notan un ligero mareo, como andar entre nubes o inestabilidad, que no les impide hacer una vida normal. Excepcionalmente el mareo es más intenso y obliga a guardar reposo durante dos o tres días. El vértigo intenso con sensación de rotación, nauseas y vómitos en el postoperatorio inmediato son excepcionales, solo aparece en menos del 0,5% de los pacientes en los que se produce una afectación del oído interno.
Los fracasos con pérdida auditiva, por afectación del oído interno son irrecuperables, se presentan en aproximadamente el 0,5% de los operados. En algunos de estos pacientes la pérdida puede ser completa.
Es una infección permanente o recurrente del oído medio. La consecuencia es la pérdida progresiva de la audición, en algunos casos mareo o vértigo. Raras veces puede complicarse con infecciones del oído interno (pérdida completa de la audición, vértigo intenso, desequilibrio, etc.), parálisis facial y complicaciones intracraneales (meningitis, abscesos cerebrales etc.).
Las secuelas de la otitis media crónica, cuando se curan espontáneamente o con tratamiento médico se tratan de la misma forma que la propia otitis media crónica.
En algunas perforaciones timpánicas muy antiguas se puede producir la entrada de la piel de los restos del tímpano o del conducto auditivo externo en el oído medio y formar lo que se llama un colesteatoma que requiere un tratamiento especial.
Su tratamiento depende de lo avanzado de las lesiones en el oído medio. Lo más frecuente es que se tenga que hacer una operación llamada miringoplastia (injerto de la membrana timpánica) por que el paciente presente únicamente una perforación de la membrana timpánica. Cuando ya están lesionados los huesecillos del oído medio la operación que se tiene que hacer es una timpanoplastia, para llevar a cabo un injerto de la membrana timpánica y reconstrucción de la cadena de huesecillos. La intervención es de corta duración y más del 90% de los pacientes se curan. Con respecto a la recuperación de la audición la mayoría de los pacientes la recuperan parcial o totalmente dependiendo del tipo de operación que sea necesaria.
Tanto la miringoplastia como la timpanoplastia son operaciones de corta duración, salvo excepciones, que suponen una hospitalización de menos de un día y con pocas molestias postoperatorias.
El Colesteatoma es un acumulo de piel y su descamación (piel muerta) en el interior del oído medio que puede alcanzar la mastoides e incluso el oído interno y la cavidad craneal. La piel se introduce en él a por una retracción de la membrana timpánica o a través de una perforación del tímpano.
Los colesteatomas no son propiamente tumores pero se comportan como si lo fueran porque aumentan de tamaño con el tiempo. Su aumento de tamaño se produce por acumularse capas de descamación de la piel que no pueden eliminarse al exterior. Dejados a su libre evolución (sin tratarlos) dan complicaciones graves del tipo de invasiones del oído interno (vértigo y perdida completa e irrecuperable de la audición) o de la cavidad craneal (meningitis, tromboflebitis del seno lateral o abscesos cerebrales). En algunos pacientes producen parálisis facial completa por compresión del nervio que mueve la cara.
Su tratamiento es la timpanoplastia con mastoidectomía que debe hacerse pronto. En algunos casos avanzados y con infección la timpanoplastia es urgente. Hay muchos tipos de timpanoplastia con mastoidectomía dependiendo de las características del colesteatoma y del cirujano.
Los resultados son buenos en más del 90% de los pacientes pero el colesteatoma tiende a reproducirse y en algunos casos es necesario volver a operar el oído. En cualquier caso los operados de colesteatoma se tienen que vigilar durante muchos años y en ocasiones durante toda la vida. Los controles periódicos suelen ser anuales y excepcionalmente cada seis meses.
Con el fin de recuperar el oído perdido o por otros motivos a veces la cirugía se programa en dos tiempos ( es decir, dos operaciones) separados por 18 meses en el adulto y 9 meses en el niño.